sábado, 26 de marzo de 2011

MI TESORO

La frase vive el presente, sin pensar en el pasado ni en el futuro, no va para nada conmigo, y eso que dicen que es la receta para la felicidad o algo así. Mi cabecita piensa en el pasado, imagina el futuro o simplemente divaga, me cuesta ser consciente de lo que estoy haciendo, a menudo actuó como con el piloto automático, sera que tengo mucho mundo interior o sera que tengo poca capacidad para mantener la concentración, no lo se. Esto hace que muchas veces la vida pase por delante de mis ojos y no sea capaz de percibirla en su totalidad.

Así que desde pequeña desarrolle una estrategia, al principio sin darme cuenta y conforme crecí de forma consciente, y es que yo tengo un tesoro, un tesoro que voy ampliando poco a poco y que espero tener la suerte de que no me lo arrebate ese alemán que hace estragos en la mente de los ancianos y no tan ancianos, me refiero  al famoso Alzheimer. Mi tesoro  es lo mas valioso que tengo y me gustaría poseerlo hasta el último de mis días. Han sido muchos años los que me ha costado reunirlo y espero tener muchos años mas para ampliarlo.

A veces consigo controlar los pensamientos que como una marabunta cruzan  mi cerebro y me doy cuenta de que estoy viviendo algo maravilloso, entonces me paro e intento experimentar esas sensaciones que estoy sintiendo con la máxima intensidad y recordarlas siempre.

De eso esta compuesto mi tesoro, de pequeños momentos vividos intensamente, de sensaciones que he sido capaz de atrapar en mi memoria y a las que puedo recurrir cuando me siento mal y que me recuerdan porque pese a todo lo que veo cada día en este mundo sigo pensando que vale la pena vivir.

No son grandes vivencias, son pequeñas cosas, simples como mi vida, los cuadritos de vichi rosa de mi vestido preferido cuando era niña, el olor de mi libro de lectura de 1º que contaba la historia de dos botas, una  tarde que  llovía a cantaros mientras yo estaba calentita en el colé haciendo manualidades, el vació que sentía en el estomago cuando me despertaba los sábados y esperaba en la cama a que mi madre o mi abuela se levantaran y me hicieran el desayuno, el olor del pintalabios rojo con el que a escondidas me pintaba los labios, el sabor de la tarta de chocolate que comí en un restaurante en Colombia,  el momento en que fui consciente del gran amor que era capaz de sentir como madre, no fue cuando nació mi primera hija entonces estaba como en un sueño, si no unos días después cuando la niña ya se había cogido bien al pecho, le estaba dando de mamar, y vi su mano apoyada en mi, la mire, y nunca he sentido tanta ternura y un amor tan grande como en ese momento, la calma que me proporciona ver, oír y sentir mi Mediterraneo, un paseo por un bosque de Navarra, donde me aleje del resto para poder disfrutar unos minutos de esa luz,olor y silencio que me rodeaban,  el olor de mis hijas durmiendo a mi lado en verano, un abrazo dado con el alma y no solo con el cuerpo, o una mano cálida que sujeta mi mano fría una tarde de invierno intentando hacerme entrar en calor, la belleza del agua formando figuras en una fuente ornamental en medio del jardín que veo desde la ventana de la habitación del hospital, el primer concierto de Jazz que oí en directo, la sensación de ingravidez que me rodea cuando buceo en la piscina, los pajaros que se empeñan en entrar una y otra vez por la ventana de mi cocina (7º piso de un bloque de viviendas en medio de una gran ciudad) a comerse las miguitas y que me hacen sentir como Blancanieves en la peli de Disney......, esos y otras muchos recuerdos más componen mi tesoro que para mí tiene un valor incalculable.

5 comentarios:

parkerazul dijo...

Hablas de un tesoro maravilloso, y llevas razón ojalá Alzheimer mire para otra parte y te deje disfrutarlo.
Pero en mi caso te cuento que contando con experiencias pequeñas como esas que tu cuentas y que guardo, igualmente, como un tesoro, hay muchas veces que creo que tener memoria -y tengo mucha- es un castigo grande.
Ojalá pudiera borrar de mi memoria un montón de cosas, de todo tipo, buenas y malas, en algunos momentos, todas me duelen.
Pero sí que estoy contigo en muchas cosas, y lo de dar el pecho a los niños es algo que siempre nos engancha. Es la sensación real de dar vida. También lo disfruté como tu.
Seguiremos aumentando ese tesoro con lo que la vida nos dé. Como bien dices, saboreando todo lo que se nos ponga delante.

Un beso

María del Mar Bernal dijo...

Qué bello es tu tesoro y que buena entrada!!!. Nos parecemos en algo Isa, tu lo tienes a él y yo a ellas (mis vocecillas).
Un beso gordo.

Daviblio dijo...

Maravillosa entrada, muy emotiva. Gracias por compartir tu tesoro, eso te convierte en más rica.

Espero que tengas mucho sitio en el cofre, porque tu tesoro aumentará cuantiosamente, por mucho tiempo.

Un abrazo!

Emma dijo...

Una entrada deliciosa la de hoy, que bonitos recuerdos Algunos son muy emotivos
y preciosos. Cuanta ternura
Besos

Bicho raro dijo...

Gracias por vuestras palabras, que conste que me cuesta mucho acumular este tesoro porque como ya he dicho tengo tendencia a pasar por la vida sin fijarme, pero cuando me fijo me fijo bien, jajaj.
Parkerazul te doy la razón hay monentos en los que debe ser muy duro recordar, incluso los buenos recuerdos. Un besos y un abrazo.

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