viernes, 28 de enero de 2011

Hoy no cocino compro unas pizzas y ya esta

Tiene que existir alguna ley física que explique como las dos pizzas que yo he ido a compar a Mercadona se han convertido, en 2 pizzas, 2 cervezas, gel, champú, 1 tarta de turrón , salchichas, pan bimbo, almendras, jamón serrano , zumo, rosquilletas, mortadela, un chorizo cantimpalo y un tinte para tapar mis incipientes canas. ¡¡¡¡¡Juro que yo solo quería unas pizzas!!! Y este fenómeno paranormal me pasa cada vez que voy al supermercado. El milagro de los peces y los panes no es nada al lado de esta transformación..
Una dice, bajo un momento y compro algo que se haga rápido para cenar, que es viernes, estoy cansada y solo de pensar en la cocina me da un soponcio, y baja tan contenta, bueno tan contenta no, que con este frió bajar a la calle es para valientes, pero puede mas mi aversión a la cocina que mi extrema sensibilidad al frió, Y cojo mi monederito y me apretujo en mi chaqueta y me dirijo al supermercado y en mi mente se repite voy a comprar unas pizzas.. voy a compar unas pizzas... Así que cuando entro veo el carrito del super y pienso, carrito no, que solo quiero unas pizzas, mejor una cestita de esas de ruedas y así las llevo mas cómodas. 
Arrastro mi cestita camino del refrigerador donde se encuentran las pizzas, pero misteriosamente a mi cesta van llegando mas o menos la mitad de los productos antes citados, cojo las pizzas les echo en la cesta que ya se me esta quedando pequeña y me voy hacia la caja, pero no acaba hay el misterio, durante el camino el resto de los productos se avalanzan sobre mi pobre cestita que ya rebosa. Llego a la caja, después de hacer una cola inmensa, porque para eso es viernes por la tarde, puedo dejar mis pizzas y todooooo lo demás en la cinta. Y cuando la cajera termina de pasar por el scaner todo lo que llevo, me pregunta muy sugerente ¿quieres llevarte lavavajillas o limpiavitroceramicas que tenemos de oferta?. Y yo estoy tentada de decir que si ,que vale, que me llevo los dos, pero no, a última hora logro tener algo de autocontrol y le digo que no, que solo venia a por unas pizzas. La cajera me echa una mirada maliciosa, creo que ella tiene el secreto de este misterio pero no me lo quiere decir. Así que meto todas las cosas en bolsas, cuatro para ser mas exacta y llenas hasta los topes,  me voy a mi casa. Me pesan muchisimo, se me clavan las asas , ya que las bolsas por su peso giran y se retuercen alrededor de mis dedos, debido al baiben de mis salerosos andares me voy dando golpes con ellas en las piernas. Finalmente llego al portal, me toca dejarlas todas en el suelo y me pongo a buscar las llaves como una loca, me tiene que abrir una vecina, que me pregunta como es que voy tan cargada, y le contesto como justificandome que yo solo quería comparar unas pizzas y por eso no llevo carrito. La vecina me mira con misma mirada maliciosa de la cajera, creo que mi amable vecina tambien esta en el ajo. Llego a casa, vacio las bolsas, guardo todo lo que he comprado, enciendo el horno y caliento las pizzas. 
Y soltando un suspiro me pregunto a mi misma, ¿no habria sido mas facil y rapido freir unos huevos con patatas?

1 comentario:

parkerazul dijo...

Funciona así, tal cual lo cuentas.
Yo creo que en eso consisten las ofertas de los súper, que saben que caro o barato, no salimos con una cosa sola.
Deberíamos hacer práctias y ponernos premios.
Salir exactamente con lo que queremos, a ver si somos capaces.
Pero oye, que estoy tratando de dejar de fumar, más sacrificios no, por favor, venga que la cajera esa me de el limpiador de turno.

Lo paso bien leyéndote y ahora me hace mucha falta.
Un besito

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