viernes, 17 de septiembre de 2010

Mala gente que camina


El libro que me estoy leyendo ahora se titula Mala gente que camina de Benjamin Prado, seguidamente copio la psinosis del libro, y algo que he encontrado sobre la historia que denuncia el robo de niños durante la postguerra, pone la piel de gallina, que pena de pais, y que pena de generación la de mis abuelos cuanto sufrio, y aun dicen que se deje en paz la memoria historia, yo creo que no, que se debe saber todo, solo asi evitaremos que vuelva a pasar algo parecido.

Un profesor de instituto investiga, casi por azar, la historia de una enigmática escritora que pese a ser militante de la Sección Femenina y la organización de beneficencia infantil Auxilio Social, publicó una única novela en la que parece denunciar, entre líneas, uno de los mayores dramas de la posguerra: el robo de niños a las presas republicanas para serles entregados a familias afines al Régimen.

Pero su vida resulta ser muy distinta de lo que parecía, en realidad una gran ficción representada en medio de un mundo a su vez cínico, en el que algunos de los escritores falangistas más célebres del momento tampoco eran en absoluto los tempranos opositores a la dictadura que cuenta su leyenda sino unos oscuros manipuladores de la verdad y de sus propias biografías. Mala gente que camina, como escribió Antonio Machado.

Una novela que intenta «bucear en las aguas negras del franquismo y desactivar las verdades minadas con que sus protagonistas habían sembrado el territorio conquistado». Una conmovedora historia sobre la España de los cuarenta, los años más feroces del hambre y la represión.


Los Niños perdidos del franquismo o niños robados por el franquismo, son aquellos niños que, durante la Guerra Civil Española y la posguerra española, fueron arrebatados a sus madres republicanas, bien porque estaban en la cárcel o porque habían sido asesinadas por el ejército golpista


Los Niños perdidos del franquismo es un episodio poco conocido de la historia reciente de España. Hace referencia a la desaparición de hijos pequeños de republicanos y la separación forzosa de sus familias por parte de la represión franquista. Conforme las tropas sublevadas de Franco ganaban terreno, las prisiones se llenaban de personas que habían sido leales a la República. Entre los prisioneros había miles de mujeres militantes de partidos políticos de izquierda o, simplemente, esposas, madres o hermanas de republicanos. Las cárceles también se llenaban de niños que nacieron o que ingresaron en la prisión con sus madres y que pasaron los primeros años de su vida privados de libertad por ser hijos de republicanos.

A las madres rojas se les quitaba los infantes para evitar "su contaminación y degeneración". La Acción Social de La Falange y la Iglesia española jugaron un papel importante en esta depuración de la raza Tales robos eran hechos, muchas veces, en beneficio de parejas adeptas al régimen franquista que deseaban tener hijos.

El régimen de Franco no sólo quería a los hijos de los republicanos en territorio español. Durante la guerra civil, muchos padres tuvieron que tomar la decisión de evacuarlos al extranjero. Tras ganar la guerra, Franco decide que todos estos niños tienen que regresar a España, con o sin autorización paterna. El régimen convierte la repatriación de esto menores en una gran operación propagandística. Una ley de 1940 marcaba que la patria potestad de los niños que estaban en centros de Auxilio Social pasaba automáticamente al Estado. Esto creaba un gran riesgo de que los padres perdieran al niño para siempre. Entre todos los niños españoles en el extranjero, el régimen franquista tenía particular interés en los que estaban en la Unión Soviética. Para Franco, era un golpe de efecto poder sacarlos del país donde había triunfado la revolución comunista.

La represión la vivieron las mujeres republicanas y sus niños tanto fuera como dentro de las cárceles. Hay numerosos testimonios orales de mujeres que cuentan todo tipo de vejaciones.[6] Las condiciones de vida en las cárceles era deplorable. Debido a los arrestos masivos, se vivía en una situación de gran hacinamiento. Apenas daban de comer y las condiciones higiénicas eran lamentables. Por ello, muchos de los niños que entraron con sus madres a las cárceles murieron en ellas. Los que sobrevivían, eran separados de sus madres y, en muchos casos, dados en adopciones ilegales, ya que por ley los menores sólo podían estar en la cárcel con sus madres hasta los tres años de edad. Otros acabaron en conventos, forzados a convertirse en monjas y religiosos

2 comentarios:

parkerazul dijo...

No conozco el libro, pero me lo apunto.
Estas historias me agrian bastante, pero como bien dices, es mejor que no se olviden, para no repetirlas.
Aunque tendremos que mirar hacia delante siempre, esperando lo mejor.
Y eso que el tiempo no acompaña.

Saluditos.

Bicho raro dijo...

si yo tambien soy partidaria de mirar hacia el futuro como tu, pero me parece interesante que la juventud conozca lo que paso, porque en estos tiempos dificiles que corren a veces oyes a algunos jovenes decir cosas "que dan miedito", tienen que darse cuenta de la suerte que tienen de vivir en democracia, no es perfecta claro, pero es la mejor opción.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...