miércoles, 13 de enero de 2010

hotel chelsea


El Hotel Chelsea es un famoso hotel por el cual han pasado numerosos artistas, músicos y escritores que hicieron del hotel un centro cultural y artístico del mundo bohemio de Nueva York. Está situado en el 222 Oeste de la Calle 23rd, entre la Séptima y la Octava avenida. Construido en 1883, el hotel recibe visitantes, pero principalmente es conocido por residentes de larga temporada.

El hotel contiene las ilustraciones creadas por muchos de los artistas que han pasado por el hotel. Fue el primer edificio que se enumeró en la ciudad de Nueva York como lugar cultural y edificio histórico.

El edificio de ladrillo rojo que ahora contiene el Hotel Chelsea fue construido en 1883 como una cooperativa privada de apartamentos que se abrió en 1884; por eso las habitaciones conservan el diseño de pequeños apartamentos con chimenea francesa, una pequeña cocina, espejos y techos altos. El cliente toma un carácter de inquilino. De hecho, uno llega al vestíbulo, con las paredes cubiertas de cuadros que dejaron allí algunos pintores como forma de pago, y la sensación es que allí no hay dueño. Un aire bohemio te acoge mientras sentado en los butacones raídos de la entrada junto a la chimenea esperas en vano a que alguien te atienda. fue el edificio más alto de Nueva York hasta 1902. En ese entonces el Chelsea, y particularmente, la calle en la cual el hotel fue construido, eran el centro del distrito del Teatro de Nueva York. Sin embargo, algunos años después la combinación de la preocupación económica y la nueva localización de los teatros arrunió a esta cooperativa. En 1905, el edificio fue adquirido y se abrió como hotel. Desde 1946, el hotel ha sido manejado por la familia Bard, y hasta hace poco tiempo fue dirigido por Stanley Bard de 72 años que asumió el control como director tras su padre en 1955. El 18 de junio de 2007, la junta directiva del hotel expulsó a Stanley Bard como el encargado del hotel. Marlene Krauss, ejecutiva de las empresas de KBL Healthcare, y David Elder, uno de los herederos de un propietario original que vive en California, sustituyeron a Stanley Bard en la dirección.


En ese entonces el Chelsea, y particularmente, la calle en la cual el hotel fue construido, eran el centro del distrito del Teatro de Nueva York. Sin embargo, algunos años después la combinación de la preocupación económica y la nueva localización de los teatros arrunió a esta cooperativa. En 1905, el edificio fue adquirido y se abrió como hotel. Desde 1946, el hotel ha sido manejado por la familia Bard, y hasta hace poco tiempo fue dirigido por Stanley Bard de 72 años que asumió el control como director tras su padre en 1955. El 18 de junio de 2007, la junta directiva del hotel expulsó a Stanley Bard como el encargado del hotel. Marlene Krauss, ejecutiva de las empresas de KBL Healthcare, y David Elder, uno de los herederos de un propietario original que vive en California, sustituyeron a Stanley Bard en la dirección.


Debido a su lista larga de huéspedes y de residentes famosos, el hotel tiene una extensa historia. Los poetas Allen Ginsberg y Gregory Corso lo eligieron como lugar para el intercambio filosófico e intelectual. También se conoce como el lugar donde el escritor Dylan Thomas había muerto por un envenenamiento de alcohol el 4 de noviembre de 1953, y donde Sid Vicious de los Sex Pistols pudo haber apuñalado a su novia, Nancy Spungen, cuando murió el 12 de octubre de 1978.

Datos curiosos: El pintor Alphaeus Cole vivió en el hotel casi 35 años, hasta su muerte a la edad de 112 años; fue entonces, en 1988, la persona más longeva del mundo. Por otro lado, Charles James, uno de los modistos más legendarios del siglo XX vivió en el Hotel Chelsea y murió en su habitación por causa de una neumonía.

En ese hotel, la diva del teatro Sara Bernhardt dormía durante el día en un féretro que usaba de cama. El célebre fotógrafo Robert Mapplethorpe vivió allí sus últimos días.

No hay que preguntarse quién estuvo en el Chelsea de Nueva York, sino quién fue tan poco interesante para no dejar su huella en ese espacio de la bohemia, la más intensa que uno pueda imaginar, donde se hizo sólido en el aire todo el talento que durante muchos años se hallaba extendido por la ciudad. No hubo escritor, intelectual, artista que no se hospedara alguna vez en ese hotel, desde Mark Twain hasta a Jackson Pollock. Allí escribió Arthur Miller algunas de sus comedias. Allí se concibió 2001, odisea en el espacio, por Arthur C. Clarke, y Bob Dylan compuso varias canciones, lo mismo que Janis Joplin, Leonard Cohen y Allen Ginberg y Jack Kerouac lo eligieron como aposento habitual. Tennessee Williams, Gore Vidal, Stanley Kubrick, Jane Fonda, Milos Forman, Sartre y Simone Beauvoir, Andy Warhhol han dejado su respectivo fantasma en ese ámbito a la vez elegante y destartalado.

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