sábado, 12 de diciembre de 2009

me gusta cuando callas y nanas de la cebolla

La verdad es que no soy muy aficionada a la poesia, pero hay dos que me gustan especialmente son Me gusta cuando callas de Pablo Neruda.

ME gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo
.Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente
.Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto


yo le recitaba a mi hija algunas estrofas, cuando ella se ensimismaba, se iba a su mundo, aun lo hace pero no tanto como cuando era pequeñita, imagino que de algo tienen que servir las terapias,no? y ella me miraba y me decia que cosas mas raras dices mama, jaja.



Y tambien me gusta mucho la poesia de Miguel Hernandez Nanas de la cebolla, sobre todo por la historia que hay detras se la escribio a su hijo mientras estaba en la carcel por motivos politicos, y su mujer pasaba tanta hambre que apenas podia comer cebollas y pan se lo conto en una carta.

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda. .

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre. .

Una mujer morena
hilo sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso. .

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto que mi alma
al oírte bata el espacio. .

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita, c
árcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea. .


Es tu risa la espada
más victoriosa, vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor. .

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo! .
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma. .

Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera remontarme
al origen de tu carrera! .

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes. .

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes
abajo buscando el centro. .

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.




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